“Me siento solo en verano” ¿qué hago?
La soledad no elegida en verano,
duele en silencio
Las demás “parece” que están teniendo un verano perfecto: planes divertidos, viajes y tú no…
Los demás tienen pareja, familia, amigos/as y tú no…
Las amistades que tienes coinciden en gustos/en intereses y hacen planes que a ti no te gustan o no te apetece…
Los demás están en un punto de vida diferente a la tuya…
Sientes que no tienes amigos/as con los que sientas una conexión…
No coincides con los periodos de vacaciones del verano con tus amigos/as o familiares…

El caso es que ahora mismo estás y te sientes solo/a.
La soledad no elegida puede resultar desagradable, incómoda y dolorosa que despierta en ti diferentes sensaciones, emociones y pensamientos. ¿Sabrías cuáles? sigamos leyendo para que s tú mismo/a puedas descubrirlos:
Quiero recordarte que no eres raro/a por sentirte solo/a en verano… si tú supieras todas las personas que están sintiendo de la misma forma que tú, alucinarías. Incluso algunas personas que “parece” que están teniendo un verano “espectacular” se sienten profundamente solos/as.
En algún momento/varios, todos vivimos la soledad no elegida y no tiene que ser necesariamente malo. Al contrario, muchas veces es una invitación para mirarnos adentro, para hacernos preguntas, para descubrir facetas propias que estaban olvidadas, para redirigir nuestra vida, para actualizar el sentido de la vida … pero en esta publicación, no quiero enfocarme en ese tipo de soledad.
muchas veces es una invitación para hacernos preguntas, para descubrir facetas propias que estaban olvidadas, para redirigir nuestra vida, para actualizar el sentido de la vida
Hoy hablo de aquella soledad que se vive en verano, que sigue siendo un tabú, se nombra muy poco e incluso da vergüenza decirlo en voz alta “me siento solo/a o estoy solo/a”. Es como si fueses la única persona del mundo que se siente así. Esta experiencia tan silenciosa, solitaria, puede ser muy abrumadora. Y es por eso, que en vez de empujarte a cambiar las cosas/situaciones, tal vez te lleva a sumergirte en un tipo de estancamiento, con pocas fuerzas para cambiar y pocas esperanzas.
En pleno julio, algunas personas han realizado un plan de prevención de la soledad no elegida: participar en un viaje organizado (sé que no todos se lo pueden permitir), vivir una experiencia de voluntariado (en España hay muchas opciones), apuntarte algún club que te guste (ej: montaña, ajedrez etc) etc, según tus circunstancias y tus motivaciones, se puede hacer algo. Puede que la soledad siga estando presente, en este caso, estaría bien dar un paso más allá y plantearse qué hay detrás de esa sensación de soledad: ¿Qué te está comunicando?, ¿A qué quieres que le preste atención?, ¿Estás agusto con las relaciones que has construido?, ¿Realmente te sientes conectado contigo mismo?

Volvamos al grano, “Me siento solo en verano” y ¿qué hago?
estos son algunas de las ideas que comparto contigo para combatir la soledad no elegida en verano: el objetivo no es eliminar las emociones que se activan con la soledad, sino en enfocarse en lo qué puedes hacer para ti mientras te sientes solo/a.
- Aceptar/reconocer las emociones que sientes por sentirte solo: rabia, frustración, tristeza, miedo…sí es verdad, te siente solo/a. Y está bien. Aunque no quieras, aunque sea desagradable, incómodo y muy doloroso, aceptar lo que sientes está bien. No eres raro/a por sentirte solo/a.
- Revisa tus hábitos:
- ¿A qué le dedicas tu mayor tiempo del día?
- ¿Cómo tienes organizado tu día? ej: ¿Te acuestas muy tarde?, ¿no tienes horarios de comidas/cenas?
- ¿Pasas horas con las redes sociales donde las personas “parecen” que están super felices?
- ¿Cómo te hablas a ti mismo/a?
- Aunque estés solo/a y no te sientes muy bien, puedes hacer cosas solo/a. Hay más personas de lo que crees haciendo cosas solos/as. Sé que no te apetece estar más tiempo solo/a, lo sé, pero te saca de dónde estás.
- deporte, hacer fotos, ir a museos, charlas, paseos
- Conoce nuevas personas:
- apúntate como voluntaria a alguna asociación (que te motive, te guste y te sientas competente)
- redes sociales/apps para conocer personas
- llama a esa persona con la que hace mucho que no has quedado y te apetece
- Buscar inspiración en personas que hacen cosas solos (videos, youtube, películas, documentales, libros…)
- Escribe si te sientes mejor al hacerlo (puede ser ficción, puede ser sobre ti, reflexiones, escribir cosas que te gustan)
- No hace falta que ocupes tu tiempo libre con constantes actividades, date el permiso de no hacer “nada”; construye tu forma de relajarte que a ti te encaje.
Si la soledad te abruma puedes acudir al psicólogo. (Sí, en verano también se puede acudir al psicólogo). Porque a veces por muchas cosas que hagas, este tipo de soledad -la de sentir que no conectas de verdad con las personas que te rodean ni contigo mismo- sigue ahí contigo. Independientemente de la época del año, lo contrario a la soledad, no es estar rodeado de personas, de hacer viajes (que no te apasiona), de ocupar todo tu tiempo, de apuntarte a miles de planes…. Lo contrario a la soledad es estar y sentirte conectado contigo mismo, de saber quién eres, de saber estar contigo mismo(con tus luces y con tus sombras), de sentirte conectado con las demás personas, de construir relaciones de intimidad y autenticidad. Esto no se consigue de un día para el otro, se construye poco a poco…hay épocas donde la soledad no elegida está más presente que en otros, y eso también está bien. Somos humanos/as viviendo una experiencia humana.
Para terminar, quiero compartir contigo un fragmento del libro “A solas” de la psicóloga Silvia Congost.
A veces, la soledad te arrastra, te ahoga y te apresa... A veces, te conecta a una tristeza errante y distinguida, De esas que no dejan jamás indiferente a nadie... De las que atrapan el tiempo y lo tiñen de ruido, De esas que ya no sueñan con días soleados ni noches de risas y vino. A veces, la soledad es oscura y vacía, A veces es niebla, otras, otoño y puede que se cubra de llanto y hastío, Pero también a veces, esa misma soledad se transforma, sus arrugas se alisan, Y parece que ya no te ahoga por dentro, Y parece que es más amiga y cercana y bonita... A veces, la soledad es la luz que ilumina tu invierno a las seis, Tus ideas se mezclan celosas, con las formas de un mañana atrayente Creas nuevos mundos con sueños a medida, Mides esos sueños que creas en tu mundo, Cantas esas notas en el bucle de las diez... Y decides cantarle a ella sin razones convenidas Con el verano en la copa y un susurro en el andén. Llegó para estar contigo, y ahora no quieres perderla, Esa soledad discreta, elegante y dispar, Esa soledad amiga, que vino solo para hacerte ganar. Silvia Congost